Edificio Rincón del Indio
04.12.1996
Punta del Este

Edificio Rincón del Indio

Con balcones curvos y señorial presencia, el edificio del arquitecto José Luis Litman y Asociados, en Rincón del indio, se distingue por un refinado espíritu francés e incorpora una versión diferente en el movimiento contemporáneo, rescatando la arquitectura neocolonial de la Europa latina. Con apenas ocho copropietarios en cuatro pisos, esta obra desarrolla una impactante fachada al mar, en un “proyecto inspirado en la idea de edificio-casa”, brindando todo el confort de una vivienda unifamiliar.

Las puertas de acceso de cada departamento, las entradas independientes a los pisos bajos, los grandes ambientes, las churrasqueras individuales y los pisos de laja con guardas de madera otorgan la sensación de habitar una residencia rodeada de jardines privados.

Residencia La Magnolia

Donde se acaban las pintorescas casas de Rincón del Indio, en el límite con la inmensidad de un territorio inexplorado, aparece, abriéndose camino entre pinos y eucaliptos, La Magnolia. Recoleta y silenciosa, esta casa fue diseñada por el joven arquitecto José Luis Litman, hijo del fundador del Cantegril Country Club, Mauricio Litman. En un magnífico terreno en pendiente, siguiendo la ondulación de la colina, la casa está ubicada de espaldas a la entrada, mirando al bosque. “Desde el primer momento supe cuál era el lugar en que iba a estar emplazada. Cuando mi cliente me mostró el terreno le dije que no buscara más, que era el mejor. Los eucaliptos que la rodean crean un microclima muy especial”, dice Litman. Revestida con madera, la casa es de un new american style que se adapta bien a los requerimientos de la vida en un lugar de veraneo. “Los norteamericanos suelen construir sus casas con materiales livianos como la madera y el cartón porque no la consideran un castillo inexpugnable. En este caso, como es una casa de veraneo, el revestimiento la hace muy fresca”, explicó José Luis Litman.

Adentro, la recepción ocupa un lugar central con vista al jardín. En la primera planta el play-room se divide en dos espacios diferenciados, uno para adultos y otros para niños. “En este caso la familia tenía muchos chicos, hijos, primos y amigos que pasaban las vacaciones juntos, por eso hicimos lugares especiales para disfrutar los chicos-chicos y los chicos-grandes que somos nosotros”, comenta el arquitecto. Con techos a dos aguas de color celeste y pareces claras, parece una página de un libro de cuentos. “Una casa vívida tiene un charme incomparable, por eso busco que no parezca recién hecha. Por suerte mis clientes lo entienden”, dice Litman. La cancha de paddle se entierra en el terreno y casi no se ve. Es parte de un efecto buscado para “ir encontrando” los elementos arquitectónicos en el inmenso jardín. La piscina y la barbacoa son otros espacios de reunión que están ubicados tomando en cuenta el recorrido y la visión del conjunto.